24 de mayo de 2007

'Hay que conseguir una mejora en la calidad de vida del paciente

Pfizer ha celebrado un Curso sobre Epilepsia. María Espinosa, psicóloga del Departamento de Psicología Experimental y Fisiológia del Comportamiento de la Universidad de Granada; Francisca Lozano, presidenta de la Federación Española de Epilepsia; y Antonio Gil-Nagel Rein, neurólogo del Ruber Internacional; se reunieron con un grupo de periodistas para hablar del tratamiento de esta enfermedad, de los avances que se han producido en los últimos años y, sobre todo, de lo que epilepsia significa para quienes la padecen. Vivir con epilepsia no es fácil, al menos, eso se desprende de quienes tienen que hacer y de sus familiares.

María Espinosa, psicóloga del Departamento de Psicología Experimental y Fisiológia del Comportamiento de la Universidad de Granada, apunta a la necesidad de equipos multidisciplinares que 'asistan al Paciente epiléptico y trabajen con sus familiares para conseguir un mejor ajuste de éstos a la enfermedad y prevenir la aparición de trastornos de ansiedad y depresión'. El diagnóstico de esta enfermedad tiene un fuerte impacto psicoemocional, especialmente en los padres cuando se les detecta a sus hijos. Por eso, no sólo la medicina parece ser la solución, 'desde la Federación Española de la Epilepsia se está apoyando y colaborando con todas las asociaciones que hay distribuidas por toda España', apunta Francisca Lozano, presidenta de la Federación Española de Epilepsia, y así 'conseguir que el estigma social que hay entorno a la epilepsia desaparezca, mejorando la calidad de vida de los afectados, facilitando su acceso al mundo laboral y apoyando para que puedan ejercer sus derechos con absoluta libertad'.A pesar de que la epilepsia tiene tratamiento y se puede controlar en más del 70% de los casos, los últimos datos disponibles en España indican que el 23% de los Pacientes sufren crisis no controladas. Pero no todo es valorar el control, 'también hay que considerar otros aspectos que influyen en la calidad de vida: el estado de ánimo, la adaptación social y los efectos adversos de los medicamentos antiepilépticos', explica el Doctor Antonio Gil-Nagel Rein, neurólogo del Ruber Internacional.Las limitaciones de un Paciente pueden no afectar a su calidad de vida, pero algunos tienen problemas psicológicos, especialmente cuando además son portadores de determinados factores de riesgo que dependen de la propia enfermedad. 'En definitiva, hay que conseguir una mejora en la calidad de vida del paciente y de las personas que le rodean', concluye la Doctora Espinosa. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define esta enfermedad, que afecta en nuestro país a unas 400.000 personas y cada año se incrementa en 20.000 casos más, como la 'afección crónica producida por diferentes etiologías, caracterizada por la repetición de crisis debidas a una descarga excesiva de las neuronas cerebrales (crisis epiléptica) asociadas eventualmente a síntomas clínicos o paraclínicos'. Por tanto, esta patología es consecuencia de la descarga excesiva de neurotrasmisores, provoca crisis inesperadas, sorpresivas, espontáneas y recidivantes.
Fuente: PRNoticias