24 de mayo de 2007

Un 23% de los españoles con epilepsia experimentan crisis no controladas por ser resistentes al tratamiento

Hoy 24 de mayo se celebra el Día Nacional de la Epilepsia, enfermedad que afecta en nuestro país a unas 400.000 personas, con 20.000 nuevos casos cada año.

Un 23% de los españoles que sufren epilepsia, enfermedad que afecta en España a unas 400.000 personas y de la que cada año se diagnostican cerca de 20.000 nuevos casos, son resistentes al tratamiento farmacológico que actualmente se emplea contra esta enfermedad y experimentan por esta causa crisis no controladas que, en muchos casos, podrían solucionarse con una intervención de neurocirugía.
Con motivo del Día Nacional de la Epilepsia, que se celebra hoy 24 de mayo, los laboratorios Pfizer recuerdan en un comunicado que la epilepsia es un trastorno neurológico crónico frecuente cuya prevalencia mundial oscila entre el 0,5% y el 1%.
"Las crisis epilépticas son la consecuencia de la descarga excesiva de neurotrasmisores de las neuronas de la corteza cerebral. Estas crisis son inesperadas, sorpresivas, espontáneas y recidivantes. Para poder hablar de epilepsia deben haberse padecido, al menos, dos crisis", explica la compañía Pfizer en su nota, en la que recuerda que la epilepsia tiene tratamiento y se puede controlar "en más del 70% de los casos".
El diagnóstico de una epilepsia se acompaña con frecuencia de un impacto psicoemocional, tanto para el paciente como para los familiares, y especialmente para los progenitores cuando se diagnostica la enfermedad en un niño. De inmediato suelen aparecer las creencias generadas por ese concepto de enfermedad "especial" y que se vive en algunos sectores sociales como una carga que el paciente llevará toda su vida y que si es conocida en su entorno social puede ser un factor excluyente.
Para Francisca Lozano, presidenta de la Federación Española de Epilepsia, es esencial conseguir "que el estigma social que hay entorno a la epilepsia desaparezca, mejorando la calidad de vida de los afectados, facilitando su acceso al mundo laboral y apoyando para que puedan ejercer sus derechos con absoluta libertad".
A pesar de que las limitaciones en la vida de un afectado con epilepsia pueden llegar a ser asumidas sin que lleguen a influir de forma sustancial en su calidad de vida, algunos pacientes pueden tener problemas psicológicos, especialmente cuando son portadores de determinados factores de riesgo que dependen de la propia enfermedad, de la medicación y de factores psicosociales.
Según María Espinosa, psicóloga del Departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento de la Universidad de Granada, "es indispensable que los equipos multidisciplinares que asisten al paciente epiléptico trabajen con los familiares del paciente para conseguir un mejor ajuste de éstos a la enfermedad y prevenir la aparición de trastornos de ansiedad y depresión". "En definitiva, así se consigue una mejora en la calidad de vida del paciente y de las personas que le rodean", concluyó.

Fuente: doyma.es

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