15 de febrero de 2008

La cirugía frena el daño cognitivo en la epilepsia

La intervención quirúrgica obtiene muy buenos resultados en niños con epilepsia farmacorresistente. La evaluación neuropsicológica contribuye al éxito de esta opción terapéutica.
Sonia Moreno

La evaluación neuropsicológica complementa las pruebas de neuroimagen en el estudio del paciente con epilepsia. Concepción Fournier, en su calidad de neuropsicóloga de la Unidad de Epilepsia del Hospital Infantil Niño Jesús, de Madrid, lleva años realizando estos estudios, con los que se determina cuál es el nivel intelectual general del niño, además de pasar revista a todas las funciones de la corteza cerebral (motricidad de las manos, coordinación visomotora, percepción visual y auditiva, habilidades no verbales, memoria, lenguaje, atención, funciones ejecutivas, etc.).

"Las epilepsias son muy variadas y sus manifestaciones y el deterioro cerebral dependen de muchas cosas: la edad de aparición -el pronóstico empeora cuanto más temprana-, el tipo de lesión de base, la frecuencia de las crisis y los fármacos empleados, entre otras. Intentamos establecer un perfil cognitivo y comprobar si hay congruencia con los hallazgos obtenidos con las pruebas de imagen; cuanta más congruencia hay, mejor es el pronóstico del paciente en cuanto a verse liberado de las crisis". Fournier recuerda que la evaluación neuropsicológica también es útil a la hora de predecir los riesgos asociados a una eventual cirugía. "Si se interviene, por ejemplo, en el hemisferio izquierdo, puede producirse una merma de las habilidades que son básicas en el desempeño escolar y en la vida cotidiana, como el lenguaje y la memoria. Así que primero tenemos que analizar el deterioro y si éste justifica o no la intervención".

Seguimiento periódico
En caso de acometerse una cirugía, también hay que realizar un seguimiento periódico para constatar la evolución del paciente y comprobar que la intervención no provoca un déficit sobreañadido. "Nuestra experiencia es que esto no ocurre: cuando libramos al paciente de crisis, el cerebro mejora cognitivamente. De hecho, lo que vemos es que tras la intervención, los niños mejoran mucho".

Al librar a los niños de las crisis, se consigue que el cerebro que estaba sano evolucione de forma adecuada: "Hay que tener en cuenta que el foco epileptógeno no sólo afecta la zona cerebral donde se localiza, sino que también puede comprometer áreas contiguas y contralaterales". A pesar de que en teoría cualquier zona del cerebro puede albergar un foco epileptógeno, en los niños esta cirugía se realiza con más frecuencia en las áreas extratemporales, justo al contario de lo que sucede en los adultos.

La mejoría que consigue la intervención quirúrgica es apreciable incluso en las epilepsias catatróficas, donde el deterioro suele ser elevado; "tras el abordaje quirúrgico en estos casos se llega a mantener cierta calidad de vida".

Aún falta por comprobarse científicamente si esta mejoría se mantendrá a largo plazo, algo en lo que la especialista está trabajando sirviéndose del importante volumen de casos acumulados por la Unidad de Epilepsia que dirige Francisco Villarejo, también coordinador del XXIX Simposio sobre Epilepsia que se ha desarrollado en el Niño Jesús.

Fuente: El diario Medico

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